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Discurso ante el Claustro Pleno PUCV 2007


Sr. Gran Canciller, Monseñor Gonzalo Duarte García de Cortazar
Sr. Vice Gran Canciller, Monseñor Jorge Sapunar
Sr. Rector; don Alfonso Muga
Estimados miembros del Consejo Superior
Profesores, Funcionarios y representantes estudiantiles.
Amigas y Amigos

La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el próximo año cumplirá 80 años de vida. Una institución que hoy dignifica a todos quienes han sido parte de esta y por supuesto a quienes la habitan actualmente. Nuestra historia es viva: por los mismos espacios que ocupamos el día a día, se inició hace 40 años la Reforma Universitaria, hecho que marcó hasta el día de hoy profundos cambios en la democratización de las universidades. Hoy, nuestra realidad es auspiciosa: somos parte de una universidad líder a nivel regional y nacional y referente a nivel latinoamericano. Una universidad con el sello que los valores cristianos nos pueden entregar y vinculada directamente con su entorno directo, la Quinta Región de Valparaíso. En síntesis, una institución orgullosa de su pasado, atenta a nuestro presente y que puede mirar al futuro con gran optimismo.

Los estudiantes de nuestra universidad estamos orgullosos de pertenecer a la Católica de Valparaíso. Todos nos preguntamos en su momento, al optar académicamente ¿por qué la Católica de Valparaíso? Puedo resumirlo en dos conceptos: primero, representa ese eje indisoluble que diferencia a una organización de otra: pasado-presente-futuro. Segundo, vivir la universidad en la PUCV es vivir Chile. Viven en ella todos los grupos característicos que podemos reconocer en nuestro país: económicos, sociales, culturales, religiosos, incluso étnicos. Una universidad habitada mayoritariamente por estudiantes, como yo, de regiones distintas a las de su sede y que hoy en día nutre dicha cualidad con un marcado interés en que estudiantes de otras partes del mundo conozcan sus aulas, su ciudad y a su gente. Una experiencia que ha permitido a nuestra universidad tener una de las tasas de intercambio estudiantil más grandes entre las universidades de nuestro país. Todas estas realidades nos hablan de esa diversidad, de este pequeño Chile, que cada día vivimos en sus aulas y que nos nutren de una expertise que en otras universidades no encontraríamos.

En un análisis FODA, apuntamos a nuestras fortalezas.

Sin embargo, nuestra universidad hoy vive importantes desafíos. El plan Estratégico 2005-2010 de nuestra universidad hace mención a estos, los cuales para su exitoso cumplimiento dependen de los roles que deben ser desempeñados por todos los actores de la PUCV: estudiantes, académicos y funcionarios, como así también los exalumnos y las organizaciones con las cuales se relaciona.

La juventud chilena vive hoy una crisis de identidad: una crisis que según estudios del MIDEPLAN a través de la encuesta CASEN grafican la dificultad de nuestro grupo etáreo en pertenecer a organizaciones, como partidos políticos, organizaciones de tipo social y grupos intermedios. Una predisposición de nuestra sociedad a profundizar el individualismo y a dejar de lado el vivir en comunidad, Hago mención a un concepto mencionado en el Claustro Pleno del año pasado y en las Jornadas de Participación: “el sentirse parte”. Y hoy, la necesidad de sentirse parte se hace presente para nuestra universidad. La identificación que vivimos hoy como estudiantes la asociamos más a carreras que a la institución que las integra, y ese es un problema que nuestra universidad debe enfrentar. Como participamos en las instancias que entrega la institución y como nos sentimos parte de ella, apuntando al desarrollo integral que buscamos como personas y que se aleje de la relación simplista que hacen algunos con el rol que tienen frente a la universidad, a los espacios que ocupan y en que les beneficia pertenecer a esta, deben ser una de las prioridades de nuestra universidad. Debemos ser jóvenes republicanos interesados en el bien común. Hoy, estoy convencido, no podemos tener una visión de ver a la PUCV como una simple empresa que entrega un servicio. Ese convencimiento que tenemos muchos debe ir de la mano con una universidad activa, presente y con la capacidad de responder a las necesidades de sus miembros.

La PUCV hoy vive un dilema crucial. Durante más de 100 años, su sentido de ser ha estado representado en sus sedes: La Casa Central y sus facultades más emblemáticas: Arquitectura y Diseño, Ciencias Económicas, la nueva Facultad de Ciencias, Ingeniería, Recursos Naturales, Agronomía y Filosofía y Educación. Hoy, en la senda de las grandes universidades hemos optado por el vivir en la dinámica de crear Campus, y hoy el Campus Curauma es respuesta de ello. Un paso que cambiará ese sentido de pertenencia histórico que ha tenido la universidad con algunas facultades y carreras que deberán, en distintas instancias, trasladarse a dichas instalaciones. Hoy la universidad debe seguir en el camino de integrar de la mejor forma a quienes directamente vivirán esa experiencia, hacerles saber sus alcances, como también sus avances y hacerlos parte también de ese cambio.

El señor Rector en su mensaje ha apuntado a los objetivos generales que los estudiantes buscan de la universidad y que están acorde a las conclusiones que el Consejo Asesor Presidencial de la Educación ha entregado, en el sentido de entender los desafíos que tiene la PUCV en materia de avanzar en los temas que aseguren una educación que responda a los principios de equidad y calidad. La cultura de evaluación, la acreditación y la formación adecuada de quienes enseñan y quienes son enseñados van en dirección de responder a estos criterios.

Hoy, tenemos claridad que estos objetivos se logran por el aporte de todos los actores de nuestra universidad y por el hecho de que hoy nosotros como jóvenes y estudiantes de la universidad, representantes estudiantiles, entendemos que una sociedad es integral cuando sus miembros están claros con sus derechos y también con sus deberes. Demandamos mayor participación, con la seriedad y responsabilidad que la institucionalidad estudiantil hoy entrega a la universidad y a quienes representa. Las Jornadas de Participación realizadas en el segundo semestre del año pasado van en la dirección de lo anteriormente mencionado.

Hoy la discusión principal que tenemos como estudiantes no pasa por entregar recursos específicos adicionales, para becas o ayudas estudiantiles. Pasa por entender cuales son los temas de fondo que nos incumben como miembros de una comunidad universitaria y que en la PUCV traducimos a alcanzar un desarrollo profesional en base a una flexibilidad curricular, la empleabilidad que tendremos como futuros profesionales, al desarrollo de competencias, a la evaluación docente, a optimizar el funcionamiento de las instituciones de la universidad, como el Tribunal de Méritos, la actualización del reglamento de disciplina de la universidad y asumir el desafío que tenemos como país y futuros profesionales bilingües con el idioma inglés.

Las instituciones de educación superior, tal como lo plantea el Consejo Asesor Presidencial, están indisolublemente atadas al destino de nuestro país, a la riqueza y diversidad de su cultura, a la calidad de su vida pública y al destino de la democracia. Hoy, las instituciones de Educación Superior integran a más de 700 mil estudiantes, y casi el 70% de ellos son hijos de padres que no recibieron educación universitaria. Se enfrentan a un sistema en donde el Estado aporta menos del 0,3% del PIB en la Educación Superior, cifra insuficiente para los objetivos del Chile del Bicentenario y del paso de ser de una economía en vías de desarrollo a ser un país efectivamente desarrollado.

Hoy, las lecciones que entrega nuestro sistema de Educación Superior y su evolución en los últimos 25 años deben servir de lección para la PUCV y la mantención de su rango de universidad de excelencia. Pasamos de un sistema de educación superior elitario y homogéneo, con base estatal, a uno masivo, diversificado y que se financia, ante todo, con recursos privados. La mayor competencia ha incidido en un mayor número de estudiantes en la educación superior, y en la oferta profesional que hoy el sistema nos entrega. Hoy, la PUCV es la universidad con el mayor número de carreras acreditadas. Por ende, caer en la tentación de entregar enseñanza sin los parámetros básicos necesarios para dar una educación de calidad (llámese infraestructura, mallas curriculares acordes a las necesidades del mercado laboral, empleabilidad de los futuros profesionales, profesores capacitados, evaluados y motivados, surgimiento de sedes que no cumplen con los estándares de calidad de las matrices) es una presión latente para nuestra universidad, que siempre debe tener presente, en post de mantener el prestigio ganado.

Estamos seguros, cumpliendo dichos objetivos, alcanzaremos los propósitos que tenemos como universidad al corto, mediano y largo plazo. Haciendo cita a nuestro lema, Fides et Labor, con fe y trabajo para poder dar los saltos cualitativos necesarios, que nos permitan el 2028 celebrar el centenario de nuestra universidad, como una institución de elite y reconocida como una de las mejores a nivel mundial. Estos son nuestros desafíos y a ellos estamos todos llamados a responder.

Muchas Gracias

Carlos Aparicio Puentes
Consejero Superior Estudiantil
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

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