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La Réplica del colorín


Todo está escrito. Fuerte y contundente respuesta del Presidente del PDC ante las declaraciones de Jose María Aznar, ex Presidente de España, sobre el papel que juega la Falange en Chile. Comenten

Señor
José María Aznar
Madrid, España

Estimado Presidente y amigo:

He preferido que transcurran algunos días desde la publicación en “El Mercurio” de Santiago de una entrevista tuya para referirme a algunos conceptos de ella. He actuado de ese modo para evitar que se crea que me interesa levantar una polémica. Nada más lejos de mi ánimo. Lo que estimo procedente es que, manteniendo el recíproco afecto y amistad, precisemos puntos de vista ya que, me parece, has incurrido en errores que, de paso, han sido aprovechados por los medios en nuestra contra.

En la entrevista aludida has señalado que “Chile es el único país relevante en el cual la D.C. está en fórmulas de izquierda. No hay muchos países que tengan democracias cristianas, porque estos partidos se han transformado en conservadores”.

En relación con estas y otras apreciaciones de la entrevista me permito formularte los siguientes comentarios:

Ha sido una invariable tradición en nuestra Internacional el respeto por las posiciones, actitudes y proyectos de cada uno de los Partidos que la integran. Compartimos valores, principios y hasta ideologías, pero cada una de ellos son interpretados y puestos en práctica a la luz de la realidad de nuestros respectivos países. Jamás la DC chilena ha cuestionado las definiciones que el Partido Popular haya podido asumir sobre los variados aspectos que comprende la sociedad española en que a Uds. les toca desenvolverse. Si es necesario han contado con nuestro respaldo explícito y en casos puntualmente complejos con nuestro implícito apoyo. Esa tradición no ha sido considerada en tus declaraciones, aunque hayas creído conveniente sugerir a la periodista que se nos consulte si sería bueno “salirnos de la Concertación”. Para entender a nuestro Partido es bueno conocer un poco de nuestra historia. Nuestro movimiento emergió en los inicios de la década de los treinta del siglo pasado como respuesta a las Encíclicas Sociales de la Iglesia, con un sustento humanista cristiano que llevó a nuestros fundadores a plantearse como “más allá de las izquierdas y derechas”. Desde entonces hemos sido expresión de la poderosa clase media chilena y hemos compartido con la llamada derecha los sentimientos de libertad y respeto al derecho y con la izquierda las aspiraciones de equidad y justicia social. Con esa partida de nacimiento es difícil concebir que alguna vez pudiéramos llegar a ser un partido conservador. Más aún nuestro partido nació de una escisión al tronco conservador que no nos interpretaba.

También es conveniente conocer la realidad político electoral de nuestra patria. En Chile, no han existido partidos mayoritario predominantes. Una de las causas -no la única y, probablemente, no la más importante- del colapso institucional de 1973 fue que el mando de la Nación fue ejercido por sectores que no teniendo la mayoría ciudadana trataron de imponer proyectos ideológicos excluyentes. El trauma vivido por los chilenos nos enseñó la necesidad de aplicar la regla de oro de la democracia, esto es, que para gobernar es necesario contar con mayorías. Por eso surgió la Concertación de Partidos por la Democracia, originalmente un pacto electoral para derrotar a Pinochet en el plebiscito de 1988 y, por último, para dar tres buenos gobiernos y contar con la oportunidad que recientemente nos ha entregado la voluntad popular de realizar un cuarto mandato en su servicio.

Por lo expuesto, no es efectivo que en Chile “la DC está en fórmulas de izquierda”. Integramos un gobierno sustentado en un pacto político en que ninguno de sus integrantes pretende realizar “su fórmula” sino aporta su apoyo a un programa de gobierno que no es identificable con ninguna propuesta ideológica específica. Ni los gobiernos de Aylwin y Frei fueron demócrata cristianos ni el de Lagos fue o el de la señora Bachelet será socialista. Este ha sido un rasgo fundamental del éxito electoral de 20 años.
Respecto a tu apreciación de que la DC estaría condenada irreversiblemente a un papel secundario, quisiera señalarte que somos el Partido con mayor representación ciudadana a nivel comunal, contando con 477 concejales y 100 Alcaldes sobre 340 Alcaldías. En los dos últimos comicios electorales hemos aumentado nuestra votación en más de 230.000 sufragios, si bien tal resultado no se ha podido expresar en la representación parlamentaria, fundamentalmente por aplicación del sistema de votación binominal, el cual la derecha se ha empecinado en mantener. Fuimos determinantes en el triunfo de Michelle Bachelet y desbaratamos la audaz estrategia derechista por capturar parte de nuestra militancia y electorado que, pese a los cantos de sirena, se mantuvo leal con nuestro Partido. El más explícito reconocimiento a la importancia y consistencia del Partido lo ha dado la Presidenta electa al encomendar a camaradas nuestros cargos tan significativos en el gabinete como los Ministerios del Interior y de Relaciones Exteriores. Además, seguimos siendo el partido más votado de la Concertación duplicando al Partido Socialista. Desde 1961, a lo menos uno de cada cinco chilenos ha estado por la Democracia Cristiana.

Creo que en el espíritu de nuestra vinculación y nuestra amistad era conveniente que te trasmitiera estas opiniones que buscan que cuentes con los antecedentes necesarios para apreciar el rol que hemos cumplido y seguiremos cumpliendo en nuestro país. Para hacerlo hemos contado con la comprensión y apoyo del Partido Popular y, desde luego, con tu simpatía. Si necesitaras alguna explicación o comentario complementario no dudes en llamarme, pues siempre estaré a tu disposición
.

Cuenta con el invariable afecto de tu amigo,

ADOLFO ZALDIVAR LARRAIN
Presidente Nacional
Partido Demócrata Cristiano
CHILE
Santiago, febrero 2006

1 comentarios:

At 12:47 p. m. Marcel Pommiez said...

Colorin, colorin, colorin...


Saludos

 

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